Washington, 7 nov (Prensa Latina) Con el triunfo electoral del demócrata Joe Biden se escribe hoy un nuevo capítulo en la historia de Estados Unidos: Kamala Harris, una mujer negra, se convertirá en la primera vicepresidenta del país.
Los expertos definen este hecho como la consagración de una carrera extraordinaria. A los 56 años, la dinámica y belicosa senadora demócrata de California permitió que Biden, de 77 años, obtuviera el apoyo de un electorado más diverso, ansioso de estar mejor representado en la cima del poder.
Tanto es así que algunos dijeron que no votaron por el exvicepresidente del gobierno de Barack Obama, sino por ella, una abogada de padre jamaicano y madre india.
Durante la campaña, Harris llamó incansablemente a una movilización histórica de mujeres y minorías, y denunció los intentos de obstruir el voto en los estados tradicionalmente republicanos.
«¿Por qué creen que tanta gente poderosa está tratando de impedirles que voten?», preguntó en Georgia, un estado sureño clave para la victoria.
«Ellos saben del poder que ustedes tienen», argumentó. «No permitan que nadie los deje fuera del juego».
Siempre con tapabocas para protegerse del coronavirus y respetando la distancia social como Biden, hizo una campaña más activa que el septuagenario: bailó al ritmo de bandas de música o habló con clientes de los cafés, siempre al aire libre por la Covid-19.
También conoció en Milwaukee a la familia de Jacob Blake, un hombre negro gravemente herido por la policía en medio de manifestaciones durante la oleada de este año contra el racismo en Estados Unidos.
Con una carrera brillante, digna del mejor «sueño americano» a pesar de capítulos controvertidos, soñó en convertirse en la primera mujer negra presidenta de la nación.
Finalmente se postuló a la vicepresidencia pero, sin duda, con la mirada puesta en las elecciones presidenciales de 2024 y la esperanza de romper entonces el techo de cristal definitivo.
Harris ya tiene títulos de pionera. Creció en Oakland, donde su padre, profesor de economía, y su madre, investigadora del cáncer de mama, fueron activistas de los derechos civiles.
Graduada de la Universidad Howard, fundada en Washington DC para acoger a estudiantes afroestadounidenses en medio de la segregación, recuerda regularmente su membrecía en la asociación de estudiantes negros Alpha Kappa Alpha.
Después de dos mandatos como fiscal en San Francisco (2004-2011) fue elegida dos veces fiscal general de California (2011-2017) y se convirtió así en la primera mujer y persona negra en encabezar los servicios judiciales del estado más poblado del país.
Luego, en enero de 2017, prestó juramento en el Senado, en la capital estadounidense, como la primera mujer del sur de Asia y la segunda senadora negra de la historia.
Su riguroso cuestionamiento de los candidatos presidenciales durante las audiencias de confirmación en el Senado la hizo conocer como el rostro contra los magistrados designados a la Corte Suprema Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett.
Durante las primarias demócratas también prometió «liderar la acusación» contra el presidente Donald Trump en el Congreso.
Pero, fue durante uno de los debates de las internas partidarias que se enfrentó al propio Biden, atacándolo por sus posiciones pasadas con respecto a las políticas de segregación racial en la década de 1970.
Conmovió al contar cómo cuando era pequeña estaba en uno de los autobuses que llevaban escolares negros a barrios blancos, historia con la cual creció brevemente en las encuestas.
Sin embargo, terminó tirando la toalla de la carrera presidencial. Su experiencia en los poderes legislativo, judicial y ejecutivo, y su cercanía con Beau Biden, hijo de Joe Biden y exfiscal de Delaware que murió de cáncer en 2015, fueron los argumentos que convencieron a su exrival de elegirla como compañera de fórmula.
Pero, el pasado de Harris como fiscal también pesa en su contra. Votantes negros y progresistas deploran su reputación de dureza, en particular al castigar estrictamente delitos menores que, según sus detractores, afectaron principalmente a las minorías.
Frente a Mike Pence, en el único debate de los candidatos a vicepresidentes, atacó varias veces el manejo del Gobierno a la crisis generada por la Covid-19, que calificó como «el mayor fracaso de cualquier administración presidencial en la historia» del país.